Truman Burbank, el personaje de Jim Carrey en The Truman Show (1998), tenía la vida perfecta hasta que se enteró de que sus acciones estaban determinadas por la voluntad del creador de su mundo y del reality show que (sin saberlo) protagonizaba. Hoy (en muchos casos también sin saberlo) vivimos una situación similar debido al control que tienen las redes sociales sobre nuestra comunicación.
Durante la pandemia de COVID-19 las redes sociodigitales se han convertido en una de las principales herramientas de comunicación con nuestros seres queridos y el mundo. Aprender a hacer pan, imitar rutinas de baile y ser parte del activismo mundial es posible por esas conexiones que formamos a través de plataformas en internet. Creemos que el potencial para comunicarnos es infinito, sin percatarnos de que nuestras posibilidades de acción están fuertemente determinadas por la estructura digital de cada plataforma.
Mucho se habla de cómo los sitios “gratuitos” en realidad los pagamos con nuestros datos, pero olvidamos que las decisiones de los dueños afectan nuestra relación con amigos y familiares. ¿Cómo tener una conversación si sólo tenemos unos cuantos caracteres para expresarnos? ¿Cómo mostrarnos auténticamente si lo que buscamos son likes y shares?
Truman no era libre pues todo estaba orientado a ocultarle la verdad, mientras que en el presente, la comunicación depende de los modelos de negocios de cada plataforma. Nos empujan a actuar de forma particular y, por lo tanto, a ser y pensar de cierta manera. Por ejemplo, Facebook decidió que quería impulsar más a los videos que al texto e implementó el emoji de “me importa” porque éste representa un beneficio para la empresa.
Aunque nuestros mensajes y la información que recibimos están condicionados por los sitios, esto no siempre es negativo. Los nuevos stickers con movimiento de Whatsapp nos permitirán expresar ideas de formas nuevas, igual que los emoticons en ascii ayudaron a transmitir emociones en un medio que tiende al distanciamiento sentimental.
Siempre creamos significados acotados por nuestros contextos, pues somos animales sociales que aprendemos por imitación. Si nuestro principal medio de aprendizaje son las redes sociales, entonces nuestra forma de relacionarnos con los otros y de vivir dependen del control que tienen esas páginas y de las personas que seguimos y admiramos en ellas. Como Truman, hay que escapar y entender que nuestro mundo está diseñado por quienes dirigen las plataformas.
Una versión de esta columna apareció por primera vez en Cine PREMIERE #311 de septiembre 2020
La entrada El control escondido de las redes sociales (Columna TL;DR) se publicó primero en Cine PREMIERE.
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