Impulsado por el deseo de comprender mejor el mito del cementerio de elefantes que veía con frecuencia dentro de los filmes que le cautivaron durante su infancia, el cineasta y artista visual Carlos Casas explora nuestra relación con la naturaleza, con el resto de las especies y con la muerte en su más reciente película Cemetery (2019). Un ensayo híbrido entre los elementos formales del documental, una narrativa que rinde homenaje al cine clásico de aventuras y la osadía experimental para deconstruir la experiencia cinematográfica. El largometraje estará disponible a partir de este 18 de noviembre en el servicio de streaming MUBI.
“La película hace ese camino que he podido hacer yo como espectador, de ese cine de aventuras a un cine experimental más complejo”, aseveró el director español en entrevista con Cine PREMIERE. “Cómo ese viaje del espectador poco a poco se va convirtiendo en esa especie de camino hacia la madurez del lenguaje [cinematográfico], pasando de esa simplicidad de la observación a otro cuestionamiento más relativo al que se proponen en un cine más experimental. Para mí, [Cemetery] es una especie de encuentro entre Tarzán y La région centrale, de Michael Snow. ¿Qué hay en ese camino que separa a estas dos películas?”, agregó.
Estrenado en el marco del Festival Internacional de Cine de Marsella (FIDMarseille) en 2019, el largometraje sigue la travesía de Nga, un viejo elefante, y Sanra, su mahout (el encargado del cuidado del paquidermo), quienes se embarcan en búsqueda del mítico cementerio de elefantes en las inhóspitas selvas de Sri Lanka, mientras son perseguidos por un grupo de cazadores furtivos. La coproducción franco-británica llevó casi una década de esfuerzos y tenía como meta aprovechar la capacidad del séptimo arte para influir en los espectadores a nivel sensorial. También disfrutó de un exitoso recorrido en los festivales de Rotterdam, Sevilla, Milán, la Viennale y FICUNAM.
“La razón por la cual me pareció importante contar esta historia es porque nos encontrábamos, y seguimos encontrándonos, quizá hoy más que hace unos años cuando empecé a trabajar en el proyecto, en una especie de encrucijada en nuestra relación con la naturaleza y, sobre todo, en la relación que tenemos con las otras especies”, explicó Casas.
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La idea original surgió poco después de que Carlos Casas concluyese con su multigalardonada trilogía documental compuesta por los filmes Aral: Fishing in an Invisible Sea (2004), Soledad al fin del mundo (2006) y Hunters Since the Beginning of Time (2008). Pese a que el director siempre tuvo en mente una versión fílmica para Cemetery, el proyecto tuvo una primera vida en museos y otros espacios de artes performativas, en los cuales fue presentado con un sistema de sonido ambisónico y un sistema de reproducción de infrasonidos. Tras agotar esas plataformas, el realizador decidió trabajar formalmente en una experiencia diseñada específicamente para las salas de cine.
“Es una película que le debe mucho a Tarzán”, confesó el artista catalán. “Cuando estuve revisando algunas de estas primeras películas, que fueron grandes pilares para entender cómo se había creado ese mito y también cómo se había creado ese cine de aventuras entre un cruce de documental y ficción hollywoodense, como Chang, Elephant Boy o El libro de la selva, evidentemente, Tarzán fue el origen. Cuando yo vi esa película alrededor de los 7 u 8 años, la visualización y el entendimiento de esa idea del cementerio [de elefantes] dejó esa especie de ensoñación y fascinación que de, alguna manera, volvió, me resurgió, más de 30 años después. Ese cuestionamiento y entendimiento de cómo el cine puede depositar semillas que te persiguen durante toda tu vida. Quería descifrar ¿cuál era la gramática de ese mito?, ¿cómo se desarrolló? y ¿cómo se entiende la cuestión narrativa?», complementó.
Casas realizó diversos viajes a países como India, Nepal y Sri Lanka en busca de locaciones. A medida que la investigación avanzaba, el director se percató que los espacios y la rica tradición oral sobre el cementerio de elefantes en la isla asiática serían un escenario más idóneo para la película. “Cuando llegue a Sri Lanka, me di cuenta de que casi, casi, podía filmar en esos lugares donde ese mito, donde esas historia se forjaron, y donde esa primera leyenda se desarrolló. Allí entendí que Sri Lanka y esas junglas alrededor del Pico de Adán, esta montaña sagrada, iban a ser el lugar perfecto para filmar”. El rodaje se llevo a cabo en tres partes: dos meses con el elefante, algunas semanas con el mahout y una última parte con los cazadores.
Desde luego, el proceso para encontrar al elefante y al mahout que servirían como protagonistas a la narración fue uno de los principales retos. “Era esencial que el mahout y el elefante fuesen elementos bastante directos para reproducir esa tradición que me interesaba”, acotó Carlos, “el elefante con el cual trabajamos tiene un estatus casi divino en Sri Lanka, pues muchas personas o habitantes de la isla le consideran casi como un Dios. Este elefante se dedicó durante muchos años a llevar la reliquia del Diente de Buda al templo principal de Kandy. Para mí era importante encontrar en ese proceso de casting a un elefante que tuviese otro estatuto, que no fuese un elefante cotidiano”. Esto trajo consigo otro desafío / beneficio, pues un paquidermo con esa jerarquía requería de un equipo de cuando menos una decena de personas que se cerciorasen de que estuviese en óptimas condiciones en todo momento.
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Dividida en cuatro capítulos, Cemetery rompe paulatinamente con las convenciones cinematográficas para ofrecer una experiencia visual y sonora altamente estimulante. La soberbia fotografía del chileno Benjamín Echazarreta (Una mujer fantástica; Luciérnagas), con una atención detallada en las texturas, nos conduce con soltura de un documental sobre la naturaleza a una road movie, a un thriller de persecución y, finalmente, cuando el fin del camino nos aproxima a la muerte, las imágenes se desvanecen para dar paso a un juego de sombras en la pantalla que permite focalizar nuestra atención en el paisaje sonoro. La película recoge grabaciones de entornos naturales de todo el mundo, captados y mezclados por Chris Watson, veterano sonidista británico de vida silvestre.
“Cuando empecé a trabajar en el proyecto tenía muy claro que quería trabajar con Chris Watson. Él es posiblemente uno de los sonidistas más importantes del mundo. Ha trabajado en las grandes series documentales de la BBC. Él era la persona justa para cuestionar y trabajar este viaje sonoro”, aseguró Casas.
El realizador añadió que gran parte del sonido fue capturado en un santuario de elefantes en África. El objetivo fue obtener toda la tipología de sonidos posibles para representar parte de esa experiencia auditiva al nivel del lenguaje de comunicación de los propios elefantes.
“Una vez que tuvimos todo ese material, nos concentramos en cómo representar ese cementerio y, con ello, llegamos a una parte mucho más compleja: crear una especie de narración sonora a través de varios entornos del planeta, incluso de corrientes oceánicas y del encuentro de diversos océanos en Islandia, en una cueva en Birmania o en Nueva Zelanda. Para mí, era muy importante que este viaje sonoro fuese una especie de arca de Noé de esos entornos naturales que estamos perdiendo, esos lugares vírgenes o salvajes en los cuales todavía no hay una presencia humana tan fuerte”, manifestó el director. La meta era que, en medio de toda la oscuridad que prevalece en el último capítulo de la cinta, “el espectador de alguna manera empezase a proyectar su propia película por medio de esos sonidos”.
Cemetary también contó con la colaboración del inventor y compositor mexicano Ariel Guzik (H2Omx), quien tuvo la responsabilidad de abrir y cerrar este banquete sonoro. “Con Ariel desarrollamos un trabajo bastante importante para la música de la introducción y el final, en el cual se utilizaba una serie de armónicos que provenían de vibraciones terrestres (…) eso nos llevó al epilogo, que fue filmado en [el desierto de] Atacama, donde usé esos sonidos creados por Ariel y era clave que tuvieran esa calidad de sonido creado por el entorno, de sonidos naturales a armónicos”, refirió acerca de la labor de nuestro connacional.
Por ello, el director considera que Cemetery pone sobre la mesa un cuestionamiento sobre la prevalencia del sonido dentro del lenguaje audiovisual; un ensayo de cuánto puede extenderse esa dicotomía entre audio e imagen en el cine. Aunado a las transiciones entre géneros y elementos formales a lo largo del metraje, Casas tomó también en cuenta el tiempo de cada uno de los segmentos para encontrar el mejor balance posible. Un ejercicio que tuvo que replantearse constantemente durante la escritura del guion, en medio del rodaje y en la sala de edición, a fin de conseguir que el espectador dejase su estado pasivo y pase ‘del asiento del copiloto al asiento del piloto’.
“Lo más importante era dejar lo más abierto posible la posibilidad de que el espectador se crearse su propio viaje y de tener su propia interpretación de lo que estaba pasando, de lo que veía, de lo que oía. De las cosas más importantes en el proyecto era cómo establecer y cómo cuestionar ese diálogo entre especies y esa conexión con el entorno natural. Era muy importante que diese al espectador esa posibilidad de salirse de sí mismo, de cambiar, de cuestionar el lenguaje cinematográfico y esa experiencia en sala comunal”, concluyó el cineasta.
Carlos Casas ya trabaja en su siguiente largometraje. Un nuevo ensayo audiovisual que tendrá como punto de partida la erupción del volcán Anak Krakatoa de Indonesia en 1983. Para llevar a cabo esta obra de ficción, el director barcelonés está desarrollando un modelo sonoro que recreará la atmósfera de uno de los desastres naturales más grandes de los que tenga registro la humanidad, mientras que la historia será construida a partir de las experiencias de uno de los supervivientes de la erupción del mismo volcán en 2018. Casas se propone cuestionar nuestra negativa a aceptar el cambio climático y nuestra propia extinción con esa película.
Cemetery estará disponible de forma gratuita en MUBI para todo el público este 18 de noviembre. A partir del día posterior, la película podrá verse sólo con una suscripción a la plataforma durante los siguientes 30 días.
La entrada Cemetery, un encuentro entre Tarzán y La région centrale se publicó primero en Cine PREMIERE.
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