Cuando se trata de películas como Godzilla vs Kong, tanto la audiencia como los ejecutivos detrás de su fabricación, son partícipes de un acuerdo tácito: lo importante es ver acción masiva y golpes en la pantalla grande. Sin embargo, los grandes cineastas saben que eso no es suficiente y siempre se requiere de un factor emocional que instigue el favor del público. En el caso de Godzilla, Adam Wingard tenía prohibido precisamente eso, otorgarle cualquier clase de emoción al gigantesco lagarto, sin embargo, pareciera que el director considera que las reglas fueron hechas para romperse y así fue cómo lo consiguió.
Tal parece que a los muchachos de Toho, la productora cinematográfica japonesa que posee los derechos de Godzilla, no les entusiasma la idea de que su icónico monstruo exhiba la más mínima señal de emoción. Quizás observan esto como una debilidad, o tal vez simplemente aborrecen la idea de otorgarle cierto antropomorfismo a una criatura salvaje. Cualquiera que sea la realidad, el director Adam Wingard tuvo que enfrentarse a la regla y sortearla para poder brindarle emoción a su exitosa película.
Wingard revisó el caso recientemente, en la entrega de un podcast del sitio Cinemablend. Allí también soltó la lengua sobre cómo logro desobedecer el mandato de la todopoderosa compañía japonesa y cuál fue la finalidad real de tener que hacerlo:
«Un [mandato] es, por ejemplo, [que] no quieren que Godzilla se emocione. Lo ven como una fuerza divina de la naturaleza y, por lo tanto, para ellos, está fuera de lugar si lo tienes reaccionando de manera normal a las cosas. Pero siempre hay formas de evitarlo. Definitivamente tenemos algunos momentos en los que creo que Godzilla es más emotivo en esta película que en cualquiera de las películas del MonsterVerse. Solo teníamos que ser inteligentes con eso. Y creo que a veces esas cosas se te presentan como una especie de camino sin salida. Pero si simplemente haces ciertas cosas, y se las presentas correctamente, y si están de acuerdo con la película, parecen darnos mucho más margen de maniobra«.
Godzilla vs Kong enfrenta por lo grande y sin ninguna clase de restricción de gastos, a dos de los más icónicos monstruos de la cultura popular. Si bien, una de las mayores cuestiones que se celebran y discuten en redes sociales es el equipo del titán al que perteneces. Esto demuestra que la audiencia está comprometida con cada uno de los oponentes y esto no se hubiera logrado sin las maniobras del director.
En ciertos momento de la película, el público ha conectado con cada uno de los titanes, cuando estos se encuentran el límite de los peligros y la acción que propone el argumento del filme. Wingard también ha mencionado en otras entrevistas que una de las cosas de las que se siente más orgulloso con Godzilla vs Kong es la de haber podido brindarle dimensión y aspectos emocionales a personajes creados de manera digital. Así lo explicó:
«Cualquiera puede hacer que una gran cosa generada por computadora se vea genial, pero ¿realmente darle vida de cierta forma?«, dijo el cineasta. “Eso es lo que más me enorgullece. Eso es lo que me emociona cuando veo la película».
Godzilla vs Kong se convirtió en la película que rescató a la industria cinematográfica mundial, inmersa en una baja afluencia a las salas por la pandemia. Por sí sola logró 123 millones de dólares durante su primera fin de semana en los cines de varios territorios ajenos a Estados Unidos. Todavía a la espera de la cinta llegue a los complejos de cine del país vecino, la película se oferta en el número más grande de pantallas que cualquier otra película durante la crisis sanitaria.
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