Desde tiempos inmemorables, el blues ha sido una forma expresión para hablar sobre distintos conflictos sociales. En sus primeros años fue un género interpretado dentro de las colonias afroamericanas que trabajaban bajo el sistema de esclavitud, y aunque más tarde se fue transformando gracias a la mezcla de otros géneros, su esencia queda intacta, y el vivo ejemplo de esto es una banda que sin duda debes escuchar, Songhoy Blues.
El nombre puede que no diga mucho –o quizá sí–, pero se han ganado un lugar dentro de la música por combinar ritmos y tradiciones musicales de África (para ser específicos de Malí) con los guitarrazos densons que a todo el mundo le encantan. En su corta pero fructífera carrera han trabajado con un montón de artistas como Damon Albarn, Nick Zinner de los Yeah Yeah Yeahs, Iggy Pop o hasta Julian Casablancas. Acá les contaremos su historia y sobre todo, por qué DEBEN escucharlos.
Garba, Aliou y Oumar Touré junto a Nathanael Dembélé conforman Songhoy Blues, una banda originaria de las ciudades de Gao y Tombuctú (o la que muchos llamamos por años Timbuktú) en el norte de Mali. Desde temprana edad se interesaron por la música y aunque sus primeras influencias fueron las canciones que escucharon en sus casas –en especial Garba, quien es hijo del legendario músico africano Ali Farka Touré–, en realidad otros artistas populares los marcaron.
De acuerdo con ellos mismos, aman la música que se hace en su país, crecieron con clásicos del rock y el blues como The Beatles, Jimi Hendrix y John Lee Hooker. Aunque mencionan que estos artistas los inspiraron en sus primeros años, en realidad todo el tiempo escuchaban hip hop y R&B, y a pesar de que jamás han negado sus raíces, no podían seguir con la estética tradicional de sus abuelos, pues todos aman el sonido de las guitarras eléctricas.
Tras años de aprender a tocar sus instrumentos cada quien por su cuenta y de intentar tocar con distintos grupos, en 2012 todos los integrantes (que no, no son hermanos ni primos) se juntaron, aunque se reunieron por motivos completamente fuera de la música. En aquel año ocurrió un hecho político y social que cambiaría por completo sus vidas y sobre todo, que los haría comenzar a componer sus propias canciones.
Para 2012, el Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad (MNLA) tomó el control del norte de Malí. Para los que no tienen idea de quienes son ellos, era una rebelión encabezada por el pueblo tuareg que reclamaba la independencia de todos los territorios que estaban bajo el control del país africano en ese momento, fueron meses intensos de batalla donde consiguieron dar un golpe de estado.
A su causa se unió un grupo yihadista llamado Ansar Dine y tras conquistar las principales ciudades de Malí, el 6 de abril de aquel año declararon la independencia del Azawad. Pero las cosas se les saldrían de las manos pues comenzaron a surgir roces entre ambos grupos y para el 17 de julio del 2012 los rebeldes tuareg fueron expulsados por sus aliados originales con ayuda de Al Qaeda.
Quizá en este punto se estén preguntando, ¿a qué van con todo esto? Bueno, pues fue este conflicto armado el que dio pie a surgiera Sanghoy Blues. Resulta que meses después de que Ansar Dine se estableciera por completo en Malí, comenzaron a imponer su ideología, el Shara, que entre otras cosas prohibía toda clase de vicios y actividades banales que pudieran distraer a la población, como los cigarros, el alcohol y por supuesto la música.
Es por eso que miles de personas migraron a otras ciudades que estaba libres del grupo yihadista, como Bamako al sur del territorio Maliense. Entre ellos se encontraba el guitarrista Garba Touré, quien viajó hasta allá para refugiarse después de todo el conflicto armado y en aquella ciudad fue donde conoció a Nathanael, Oumar y Aliou, quienes casualmente estaban pasando por la misma situación que él.
Se encontraron y ambos compartieron sus gustos musicales, aunque en realidad se juntaron para algo mucho más importante: recrear con la música ese ambiente perdido del norte y hacer que todos los refugiados revivan esas canciones de su tierra natal. Después de ensayar por un buen rato, la alineación se consagró y así fue como decidieron ponerle a la banda Songhoy Blues, un nombre que dice mucho con tan solo dos palabras.
El pueblo songhoy (o songhai) es uno de los más importantes de Malí y prácticamente habitan ese lugar desde el siglo XV. Por otro lado, los integrantes de la banda han afirmado en múltiples entrevistas que el género que tocan es desert blues, así que con él le hacen honor a su cultura
Poco a poco, Songhoy Blues se fue haciendo de un nombre en Bamako, tocando en los principales clubes y atrayendo a toda clase de fanáticos –hasta a los tuareg que al igual que ellos se refugiaban como ellos–. Pero en 2013 su suerte cambió cuando llegó a su país Africa Express, el proyecto encabezado por Damon Albarn junto a músicos de la talla de Nick Zinner de los Yeah Yeah Yeahs para grabar un álbum de colaboraciones.
En esa época, la banda no la estaba pasando tan bien. Aunque tenían éxito en los locales donde se presentaban, la realidad era que todos los integrantes vivían en una choza y apenas les alcanzaba para mantenerse. Es por eso que después de hacer una audición, decidieron incluirlos dentro del disco que estaban trabajando y el mismísimo Zinner se encargó de producir una de sus rolas, “Soubour”.
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La canción –que significa “paciencia” en idioma fue lanzada en diciembre de 2013 en Maison Des Jeunes, y todas las ganancias que se obtuvieron con el disco las donaron para construir un estudio de grabación en Bamako. Tras el éxito de “Soubour”, la banda regresó al estudio con Zinner y el coproductor Marc-Antoine Moreau para trabajar en su primer álbum de estudio.
El disco se llamó Music In Exile (título que sin duda describe su música) y vio la luz en 2015. Aunque primero se estrenó en gran parte de Europa, se encontraron con un problema, no había quien se animara a distribuir el álbum en América. Afortunadamente y casi como un golpe del destino, Nick Zinner le presentó a Songhoy Blues a Julian Casablancas y quedó tan fascinado con sus canciones que se ofreció a hacerlo con su sello discográfico, Cult Records.
Tras el lanzamiento de su álbum debut, una colección de canciones propias y donde incluían sus propias versiones de clásicos como “Should I Stay or Should I Go” de The Clash y “Kashmir” de Led Zeppelin, Songhoy Blues rápidamente se ganó la atención de la prensa. Medios como Metacritic, The Guardian o NME los describieron como una de las bandas que todo el mundo debía escuchar por esa combinación tan interesante entre la guitarra americana con el groove maliense.
La banda fue nominada como Mejor Acto Nuevo en los Premios Q de 2015 y como el Acto Independiente Nuevo en los Premios AIM. Ese año fue espectacular para cada uno de los integrantes, pues fueron teloneros de artistas como Alabama Shakes, Gary Clark Jr. o los propios Damon Albarn y Julian Casablancas con The Voidz.
Aunque también tuvieron la oportunidad de presentarse en los mejores festivales del mundo, para que chequen el dato, tocaron en Glastonbury, Bonnaroo, Roskilde, Austin City Limits y el Green Man.
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Durante 2016 se dedicaron a tocar por todas partes pero mientras componían nuevas canciones surgió un nuevo proyecto. La cineasta Johanna Schwartz se interesó por completo en la situación de la música en Mali después de la revolución tuareg, tanto así que filmó un documental llamado They Will Have To Kill Us First: Malian Music In Exile, que sigue a artistas de aquel país como Khaira Arby, Moussa Sidi Fadimata ‘Disco’ Walet Oumar, y por supuesto, el trabajo de Africa Express y Songhoy Blues.
Un año después de todo esto comenzaron a grabar su segundo álbum de estudio, el cual fue producido en Londres por Neil Comber –quien ha trabajado con artistas como M.I.A., Django Django y Crystal Fighters–. Finalmente el 11 de septiembre de 2017 se estrenó Résistance, que cuenta con la participación de artistas legendarios como Iggy Pop en la rola “Sahara” o del rapero Elf Kid en “Mali Nord”.
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Después de terminar de ganarse a la crítica, Songhoy Blues continuó tocando por los siguientes tres años en gran parte del mundo, visitando países de Europa, hasta Canadá y Estados Unidos. Además volvieron a festivales como Glastonbury e incluso tuvieron una participación especial en el aniversario número 25 de Later…, el legendario show de Jools Holland donde tocaron en el Royal Albert Hall de Londres dos rolas junto al saxofonista Tunday Akintan.
Desde entonces poco se supo de la banda, pero en agosto de 2020 anunciaron que llegará su esperado tercer material discográfico, el cual llevará por nombre Optimisme y que se estrenará el 23 de octubre. De este disco hemos escuchado algunas rolas como “Badala” y “Worry”, dos canciones que muestran la evolución que ha tenido los integrantes en tan poco tiempo, pues acá le tiran a otros géneros como el stoner.
Como decíamos antes, el blues es una herramienta que ha servido desde tiempos inmemorables como forma de expresión ante la represión. Sin duda Songhoy Blues lo aplica a la perfección, pues combinan este género que es padrino del rock, con guitarras que casi siempre tocan riffs hipnotizantes y que de pendiendo de la ocasión, suenan distorsionadas o apaciguadas.
En sus rolas hablan de temas importantes, pero más allá de irse a lo obvio y enfocarse a tocar canciones de protesta comunes, su música está llena de alegría y colorido, es ahí donde radica su grandeza, pues son crudos y agresivos cuando el tema lo amerita. En su discografía puedes encontrar letras de todo un poco, desde el optimismo, la esperanza, la fuerza hasta otro tópicos más complejos como la dureza de la vida hasta el feminismo en Malí y mucho más.
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La entrada Songhoy Blues: La banda que representa la voz de su pueblo a través de la música se publicó primero en Sopitas.com.
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