Para Nicolas Kim Coppola, mantener su estatus como una de las estrellas más reconocidas de Hollywood no ha sido tarea fácil. Durante una conferencia como parte del festival South By Southwest en 2014, comentó: “Comencé a actuar porque quería ser James Dean. Lo vi en ‘Rebelde sin causa’ y ‘Al este del paraíso’. Nada me impactó –ninguna canción de rock, ni la música clásica– como Dean me impactó. […] Me voló la cabeza. Dije ‘Esto es lo que quiero hacer’”.
Con este deseo, inició uno de los caminos más sinuosos en la historia de la industria fílmica estadounidense contemporánea. Un viaje de éxitos, obstáculos, proyectos frustrados, alocadas apuestas, decisiones cuestionables y un lento (pero seguro y efectivo) resurgimiento. Eso sí, el trabajo no ha parado de llegar. Y eso no cambiará pronto.
Ahora lo podemos ver en The History of Swear Words, serie documental donde funge como presentador, explicando a los espectadores el origen de las palabras altisonantes más utilizadas. Para ello, se apoyará de entrevistas con lingüistas expertos y varios comediantes, como Sarah Silverman y Nick Offerman.
¿Qué ha pasado en la extraña carrera de Nicolas Cage? Aquí lo explicamos.
Cage siempre quiso actuar, aunque fuera en papeles cortos, dentro de las películas dirigidas por su tío. El legendario Francis Ford Coppola. Aunque el principio el realizador estaba renuente a abrirle un espacio en sus producciones, eventualmente cedió y Nic apareció en Rumble Fish (1983), The Cotton Club (1984) y Peggy Sue Got Married (1986). Sin embargo, antes de que su pariente le ofreciera su tan esperada oportunidad, él no se quiso quedar esperando y se dispuso a hacerse con otros papeles por su cuenta: en 1982, actuó en Fast Times at Ridgemont High, siendo este su debut fílmico.
Durante la década de los 80, llegaron dos de sus oportunidades más importantes, en la forma de Raising Arizona (1987) y Hechizo de luna, donde compartió créditos con la oscarizada Cher. Ambos fueron proyectos que demostraron que el intérprete tenía mucho talento para la comedia.
No hay duda de que, para el actor, 1995 fue un año por demás fructífero, ya que tras estelarizar Adiós a Las Vegas, recibió los aplausos de propios y extraños. Su comprometida interpretación de un escritor alcohólico le valió el Óscar a Mejor Actor y el Globo de Oro a Mejor Actor de Drama.
Posterior a eso, Cage ya tenía una trayectoria sólida, por lo que fue momento de explorar otro terreno, que no fue otro sino el de la acción. Con filmes como La roca (1996), Con Air y Contracara (ambas de 1997), tuvo bastante éxito taquillero y su aceptación entre el público y la crítica especializada no se vio muy afectada.
Fue precisamente durante este periodo de estabilidad que Cage recibió una de las propuestas más prometedoras y emocionantes de su vida: darle vida al mismísimo Hombre de Acero. Como ávido aficionado de los cómics (su hijo se llama Kal-El), Nicolas estaba más que listo para empezar a grabar la infame Superman Lives, que sería dirigida por Tim Burton. Desgraciadamente, las cosas no funcionaron y el proyecto no se levantó.
Para iniciar la década de los 2000, el ganador del premio de la Academia actuó en Gone In 60 Seconds y The Family Man. En 2002, interpretó a Charlie Kauffman en Adaptation y también hizo su primera cinta como director, titulada Sonny.
Su última franquicia reconocida fue la de La leyenda del tesoro perdido, que inició en 2004 y que tuvo una secuela. Aquí, se supo que el actor seguía siendo bueno para la acción y mantenía un buen rango, pero era evidente que ya sólo seguía una fórmula. Para este punto, la carrera de Nicolas Cage comenzó a tomar otro rumbo. Con todos los títulos anteriores en su filmografía, era uno de los intérpretes mejor pagados en la industria y, hasta ese entonces, había amasado una gran fortuna, pero la excentricidad ganó.
De acuerdo a un artículo del portal Finance Buzz, Cage gastó $150 millones de dólares en artículos como huesos de dinosaurios, castillos europeos, un jet privado, un pulpo, una tumba en forma de pirámide, un tiburón y una copia original de Action Comics #1, primera historieta de Superman. ¡Una locura total! Estas compras lo han llevado a tener bastantes problemas de impuestos. Se cree que la razón por la que empezó a elegir proyectos de tan baja calidad, que van desde Ghost Rider (2007) hasta Stolen (2012), pasando por USS Indianapolis (2016), fue para solventar los problemas económicos que lo asfixian. No obstante, Cage dijo que lo hace para mantenerse ocupado y no hacer cosas de las que se pueda arrepentir.
Con el tiempo, su brújula ha regresado a la dirección correcta, pues ha actuado en varios proyectos independientes de culto como la comedia negra Mom and Dad (2017) o la película de terror psicodélico Mandy (2018).
Con altas y bajas, la carrera de Nicolas Cage se va levantando de a poco, pues ya se planea también su debut actoral en el formato serial, con una serie sobre el personaje Joe Exotic. También estrenará The Unbearable Weight of Massive Talent, una comedia de acción donde se interpretará a sí mismo. Esperemos que se mantenga siempre al borde de la insanidad, pero mantenga su capacidad histriónica.
La entrada La carrera esquizofrénica de Nicolas Cage: del Óscar a la locura se publicó primero en Cine PREMIERE.
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