Al menos en América, el pop ha estado dominado por grandes nombres, los cuales se han mantenido por años en el gusto del público sin presentar una evolución tan evidente. Pero del otro lado del charco, en Europa están lanzando artistas minimalistas que están reinventando el género, combinando diferentes expresiones y hasta ramas del arte para presentarnos propuestas únicas, como el caso de Claire Laffut.
Esta chica es verdaderamente única, pues no sólo hace música para que todos movamos el bote, su concepto va más allá. Pues además de ser una excelente cantante y compositora, también tomó de otras artes como la pintura un poco de inspiración para cimentar su sonido. Por si esto no fuera suficiente, también es modelo de algunas de las casas de moda más importantes del mundo, pero no se dejen engañar por eso.
Claire Laffut es una joven de 26 años, originaria de Namur, Bélgica. Desde muy chica convivió muy de cerca con el arte, involucrándose en diferentes disciplinas, pero la principal siempre fue la pintura. Aunque tiene un talento excepcional con el pincel y los óleos, hubo algo que siempre le llamo la atención, la música, y así como todos nosotros en nuestros primeros años de vida, estuvo expuesta a todo tipo de sonidos.
Según lo que ella misma cuenta, el primer recuerdo claro que tiene de la música fue cuando tenía cuatro años, pues su papá era fanático a morir de Daft Punk, sobre todo de los primeros discos de los robots: Homework y Discovery. Pero… por otro lado, su madre adoraba a los artistas de pop de principios de los 2000, ya saben, Britney Spears y demás.
Así que Claire Laffut creció escuchando toda clase de canciones, como el house más fino creado en Francia, el techno que se estaba haciendo en Bélgica, pasando por los beats pegajosos del pop mundial, hasta artistas que no precisamente encajaban con todos estos géneros, como Pink Floyd, Fela Kuti o Black Slate. Todos estos artistas formaron un gusto peculiar en ella y que con los años se manifestarían en su propuesta.
Sin embargo, y aunque le encantaba la música, mientras crecía decidió que quería dedicarse por completo a la pintura. Es por eso que sus padres decidieron inscribirla en las mejores escuelas de arte de Bélgica, para que se formara y aprendiera todo lo que necesitaba para triunfar. Pero pasó el tiempo y a los 19 años decidió que era el momento de dar el gran paso si es que quería tener una carrera, moverse a una de las ciudad más importantes del mundo: París.
Cuando llegó a la capital de Francia, Claire Laffut se topó con un ambiente totalmente artístico, donde tanto los escritores, pintores, escultores y hasta músicos convivían a la perfección. Aunque tenía muy claro que quería dedicar su esfuerzo a crear cuadros que emocionaran e impactaran a cualquiera que los viera, el destino le tenía otro camino un tanto distinto pero que a la vez la ayudaría para forjar un estilo.
Resulta que antes de partir de Bélgica, comenzó a hacerse de un nombre como modelo, e incluso trabajó por un tiempo con la reconocida agencia de Dominique Models, pero estando en París, uno de los sitios donde la moda se respira por todos lados, era cuestión de tiempo para que algunas de las casas más famosas en algún punto la encontrarían y le pedirían que colaborara con ellos, y así fue.
Para 2013, Claire Laffut ya era reconocida en el enorme mundo de la moda. Para que se den una iba, a pesar de su corta edad ya había colaborado con alguns de los diseñadores más reconocidos, como Alexander Wang o la marca Chloé, ese mismo año logró aparecer en la portada de la revista Elle para Bélgica, aunque sin duda la gran oportunidad le llegó cuando Chanel se acercó a ella para trabajar en una campaña.
Durante casi cinco años, Claire Laffut continuó trabajando como modelo, sin embargo, en 2018 decidió dar un giro inesperado. Cuando su carrera estaba subiendo como la espuma, llegó el momento de inspiración que tanto estuvo esperando que la animó a empezar a componer canciones, motivada por amigos cercanos y como casi siempre suele suceder, por su familia y sobre todo por su pareja, aunque una vez más, tenía que iniciar desde cero.
Poco a poco se fue haciendo de conocidos dentro de la escena musical parisina, quienes la ayudaron a aterrizar todas las ideas que tenía en la mente, todo esto mientras continuaba en las pasarelas. Y tras varios meses trabajando en maquetas y demos, Claire estrenó “Verité”, una rola llena de sintetizadores pero que tiene por completo la esencia de su proyecto, ritmos bailables y pegajosos combinados con su voz seductora.
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Con el lanzamiento de su primer sencillo logró combinar sus dos grandes pasiones, la pintura y la música. Resulta que para promocionarlos, ella misma se encargó de crear con lienzo y pincel las portadas de cada una de las canciones que le presentó al mundo como “Mojo”, “Gare du Nord” y “La fessée”, un concepto completamente innovador y que llamó la atención de muchas personas.
Después de emocionar con estas rolas, ese mismo año estrenó su EP debut, Mojo, un material lleno de una vibra tropical donde recopila todos esos sencillos que le presentó al mundo. Como uno de los tantos fenómenos de internet, la música de Claire Laffut empezó a correr de boca en boca, hasta que la empezaron a invitar a tocar en pequeños festivales de Europa, e incluso dio un concierto debajo de la mismísima Torre Eiffel.
Por ahora, la cantante se ha mantenido un tanto alejada de los escenarios. Entre 2019 y este caótico 2020 ha estrenado un par de temas, la exótica “Nudes” –junto a la cantautora francesa Yseult–, la cual tiene beats y una línea de bajo que te atrapan desde el primer segundo y “Étrange Mélange”, la cual sigue bajo la misma línea de crear una canción ideal que a simple escucha te remonte al verano, pero que intenta explorar otra clase de sonidos, con unas guitarras slide que se te quedan en la cabeza.
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Sabemos que el pop está repleto de figuras, que van cambiando conforme van pasando los años y las tendencias cambian. Pero Claire Laffut es un caso muy especial porque sí, crea canciones que sin duda podrían sonar en cualquier estación de radio dedicada a los hits del momento, pero su música tiene esa esencia y alma que a la gran mayoría de esos artistas les falta y que se nota escuchando sus melodías.
Ella misma define su sonido como “música de una niña belga: infantil, dulce como una tarta de limón con una cobertura de merengue, combinado con un pequeño toque de soul y ritmos africanos, pop fresco lleno de bossa nova y jazz”. Y tiene mucha razón con su descripción, pues mezcla la gran mayoría de esos géneros a la perfección y te enamora con su seductora voz. Quizá en algunas rolas encuentres sonidos que te remonten a proyectos como Polo & Pan, Sofi Tukker o Papooz.
Pero quizá el mayor atractivo de Claire es que como ya lo hemos mencionado en esta nota, ella ama por completo el arte. De eso te puedes dar cuenta viendo sus videos o algunas de sus presentaciones, pocos artistas han conseguido de manera exitosa que la pintura, la música y hasta el modelaje convivan en un solo lugar, es por eso que esta chica belga es muy interesante y que por supuesto, no puedes dejar pasar si es que te gustan todas estas disciplinas.
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La entrada Claire Laffut: La promesa del pop en Bélgica que mezcla la pintura con la música se publicó primero en Sopitas.com.
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