En el que debe ser el peor caso de zoombombing que se puedan imaginar, la película Host presenta a un grupo de amigos que se vale de la popular plataforma de videoconferencias para organizar una sesión de espiritismo en línea. Cuando comienzan a escuchar ruidos raros, y las velas se apagan y los muebles se mueven por sí mismos, nos queda claro que, como dice el dicho, más valía solos que mal acompañados.
Escrita y dirigida por el británico Rob Savage y “filmada” desde las casas de cada uno de los actores a través de Zoom, la película Host se produjo por completo durante la cuarentena que nos ha tenido recluidos hace semanas, en plena pandemia y bajo la permanente amenaza del coronavirus. Parte Paranormal Activity y parte junta de trabajo, no sólo echa mano de las estrategias del found footage y la estética YouTube, sino que hace de la familiaridad su fuerte.
Y era de esperarse. Con los cines cerrados desde marzo y la producción parada o sujeta a condiciones de trabajo imposibles –en Hollywood, un crew de producción no puede tener más de 30 personas en exteriores, y sólo 10 en interiores–, era cuestión de tiempo para que alguien le diera la vuelta a las limitaciones, e hiciera de las restricciones del medio una intrigante oportunidad.
Todo comenzó como una broma de Zoom que se volvió viral: en abril, cuando apenas y empezábamos a hacernos a la idea del encierro, Savage colgó en Twitter un video donde se queja con sus amigos de haber escuchado ruidos extraños en el ático, y les pide que lo acompañen a investigar. La cámara web le presta a la búsqueda ese realismo con el que nos hemos acostumbrado a ver la vida en línea, y el brinco que pegan no podría ser más real.
I’ve been hearing strange noises from my attic, so I called a few friends and went to investigate… pic.twitter.com/CxmJAf44ob
— Rob Savage (@DirRobSavage) April 21, 2020
https://platform.twitter.com/widgets.js
Sí, la idea es buena: Savage ha trabajado lo mismo en cortos que en comerciales y largometrajes, y apenas con18 años dirigió, filmó, produjo y editó Strings, un drama de bajísimo presupuesto que se proyectó en festivales como el Festival de Cine de Roma y el de Raindance, para su estreno en Europa y el Reino Unido, respectivamente. Es lo que llamaríamos un nativo digital, pues.
Por supuesto, Host no será la primera película en explotar lo mucho que hay de siniestro en la vida en línea. Tanto Unfriended (2014) como su secuela hicieron por Facebook lo que Host hace ahora por Zoom, y se desarrollan por completo en la pantalla de una laptop: un gimmick que emplea también Nacho Vigalondo—el cineasta español responsable de filmes como Los cronocrímenes—en Open Windows (2014) y que el productor y director Timur Bekmambetov ha venido a denominar “screen life films.”
Así, Host intenta hacer de lo cotidiano, y de ese espacio que hemos venido a considerar el único lugar en que estamos a salvo en estos momentos algo amenazador, e inquietante. Desde que se apagan las luces, al inicio de la sesión, esos ruidos imposibles de ubicar y cada sombra que cruza la pantalla o aparece en segundo plano dan cuenta de una presencia que habrá de seguir ahí, aún cuando la cinta termine y nos encuentre, de nuevo, solos en casa.
Sin embargo, la verdad es que hay limitantes que resultan difíciles de superar. Con sólo 56 minutos de duración, la película parece apoyar ese argumento de que, en la era del streaming, no hay razón por la que una película “de verdad” deba de tener una hora y media o dos horas de duración—y, al mismo tiempo, deja la sensación de que podría contarse aún en menos tiempo.
Lo cierto es que, limitada por la interfaz de videoconferencia y las cámaras web—o la incongruencia de seguir transmitiendo cuando se ha ido la luz, por ejemplo—, la historia no daría para mucho más: en la tradición del género, el espantajo habrá de dar cuenta de los seis amigos, difícil como pueda ser distinguirlos, y nos dejará ahí, solos frente a esa pantalla que nunca se apaga.
Es verdad: ya ni en nuestras casas estamos seguros. Pero tal vez habríamos de preguntarnos si, fuera de espíritus chocarreros y presencias demoníacas, el verdadero terror de la película Host no estaría en haber dejado entrar a nuestros hogares, y a lo más íntimo de nuestras vidas, una tecnología por la cual nunca dejamos de estar disponibles… y por la que nunca estamos realmente solos.
Y eso sí que da miedo.
Host está disponible desde el 30 de julio para los suscriptores de Shudder en Estados Unidos y Canadá.
La entrada El espanto en tiempos de Zoom, conoce la película Host se publicó primero en Cine PREMIERE.
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