Por: Mafer Olvera y Paola Palazón
Empecemos por preguntarnos, por qué nos da tanta pena hablar de sexualidad y de sexo, cuando, de hecho, es parte integral de nosotros como especie. Más aún, si nos da pena hablarlo o pensarlo, ¿cómo lo estaremos ejerciendo?, ¿será que lo disfrutamos de verdad, es placentero? Resulta que en pleno 2021 hablar de sexo, sexualidad, orientación sexual, placer, erotismo o goce sigue siendo un tema “delicado”, de pena, de culpa o de vergüenza, cuando debiera ser todo lo contrario. Sin temor a invadir la privacidad de nadie, nos referimos a que lograr expresarnos y conocernos mejor, podría ser la clave para eliminar los todavía cientos de tabúes, prejuicios, ataduras o tratar los problemas de disfunciones sexuales, presentes, de manera oculta en miles de hombres y mujeres.
El tema resulta complejísimo. Hablar de sexo y sexualidad sigue siendo de las más importantes concepciones de la humanidad, en donde la ciencia, la cultura, los dogmas, la moral o la industria, impactan en nuestras creencias, percepciones, imaginarios, deseos, fantasías o prácticas; tan romantizadas, placenteras, castrantes o dolorosas como sea el caso.
Desde la época prehispánica, los egipcios, las filosofías griegas y romanas, hasta Darwin y su teoría evolutiva o la profesora Bobbi S. Low con su obra ¿Why Sex Matters?, la connotación de la sexualidad y los encuentros sexuales, así como el erotismo siempre han estado presentes, pero han evolucionado hacia expresiones y formas cada vez más diversas y libres, aunque todavía falta mucho para erradicar aquello que sucede en “lo oscurito” de nuestras mentes y pensamientos, y que seguramente nos aqueja y limita en lo físico y mental.
Así, cada uno de nosotros y de acuerdo a nuestra muy particular historia de vida y cosmovisión, hemos construido una concepción del sexo, del placer o de la sexualidad muy particular y respetable, por eso decidimos consultar con dos especialistas en el tema que nos han dado mucha claridad, tal vez al punto de poder redefinir o reflexionar en todo aquello que entendemos y pensamos en el tema. Aquí un poco de nuestra conversa con Iraís Bermejo, cofundadora de La Eroteca y Fer Zárate, sexóloga y psicóloga.
Para Iraís Bermejo, de la La Eroteca, –proyecto enfocado al conocimiento y exploración del erotismo, así como sexualidad positiva–, “la sexualiad es la totalidad, la energía más grande del universo, es la energía creadora y por eso es importante entender todo el mundo que gira en torno a la sexualidad; en donde entra el erotismo, la capacidad de goce, de experimentar, de autoconocimiento y de cómo podemos relacionarnos con el mundo a partir de nuestra sexualidad y de nuestra energía sexual, que va mucho más allá de los genitales y la procreación, se refiere a cómo nos comportamos en el mundo. En este sentido como sociedad estamos en un proceso de aprendizaje y desaprendizaje de lo que habíamos entendido como sexualidad y cada vez más nos percatamos de la importancia del disfrute y del placer”.
Desde el punto de vista psicológico, la especialista en Sexología Educativa y Clínica, Fernanda Zárate, nos explica: “la sexualidad es todo lo que somos y engloba los aspectos físicos, psicológicos y sociales. Se trata de la persona en todo su contexto, más allá de tener encuentros sexuales; inicia cuando nos sentimos cómodos con nuestro cuerpo y de cualquier rol que queramos ejercer. En el caso del sexo, desde la mirada biológica, son las características físicas que tenemos y que nos definen como hombre o mujer. En ese sentido, de hecho la palabra sexo está muy mal empleada porque no tiene nada que ver con los encuentros sexuales y las relaciones coitales. La sexualidad, es tan amplia que nos define hasta en el cómo nos relacionamos con nosotros mismos, con personas del mismo sexo o con los demás”.
Fer Zárate nos dice: “es básico, una persona que tiene una vida sexual placentera, seguramente estará muy bien en otros aspectos de su vida, y placentera no significa cumplir con tener relaciones sexuales por el simple hecho de tener pareja, se trata de realmente disfrutar aunque tal vez no se llegue al orgasmo, pero se disfruta. El deseo sexual es un espejo del deseo que tienes por la vida, porque si sientes placer en todas las áreas de tu vida y realmente lo gozas, eso se verá reflejado al momento de tener encuentros sexuales. Todo se relaciona”.
Iraís complementa: “cada persona experimenta el placer desde distintas maneras, no nada más de un goce sexual, sino en todo lo que hacemos. No se puede encasillar bajo un mismo concepto ya que la idea de tener placer le es inherente al ser humano. Al momento de un encuentro sexual, el orgasmo no es el único objetivo del placer, más bien toda la experiencia se puede disfrutar desde los sentidos, más allá de lo genital”.
De acuerdo con Fernanda Zárate: “en este momento atravesamos por un boom de la sexualidad casi como mandato social, principalmente en las mujeres. Pareciera que estamos haciendo de la sexualidad una serie de tareas por cumplir, por tanto se pierde el sentido del disfrute y comienza la ansiedad y preocupación por cumplir lo que la gente dice que se necesita hacer. La sexualidad es una tarea frenética a realizar, más bien es disfrutar sin recetas mágicas, cada quien somos diferentes. En terapia lo que más veo son casos de eyaculación precoz, disfunción eréctil, preorgasmia, dispareunia, disritmia sexual y baja de deseo sexual que con la pandemia ha estado muy presente. Lamentablemente todavía hay personas que siguen genitalizando la sexualidad y resulta en pensar que la única parte sensible de mi cuerpo son los órganos sexuales, por lo que en estos casos, hago una invitación a llevar el placer también a otros lados del cuerpo y el deseo a la vida diaria”.
Para Iraís, “me gustaría proponerles que exploren su sexualidad y su erotismo desde distintas aristas, en lo físico, emocional, espiritual, en la creatividad y lo energético, y que cambien las visiones estereotipadas que nos han enseñado. Es muy importante cambiar la percepción y entender que la sexualidad es algo positivo, clave para que todos en sociedad estemos mejor”.
Efectivamente, gran parte de los trastornos e inhibiciones sexuales tienen un origen en nuestra salud mental, pero también en nuestras memorias, en lo que nos dijeron o no. Lamentablemente todo esto afecta en nuestras funciones físicas y orgánicas y seguramente nos limita al disfrute pleno y libre.
Estamos muy conscientes de lo difícil que resulta entenderlo y afrontarlo, pero un primer paso es quitarse la pena de pedir o buscar información, fomentar el autoconocimiento y saber que existen profesionales en sexología y proyectos de promoción a la salud sexual y la sexualidad que nos pueden ayudar.
Porque como todo, afortunadamente es tratable.
#HablaHablemos
#Hablemosdesexualidad
Mafer Olvera y Paola Palazón Seguel son creadoras de SIKI y Ser Mamá Hoy, plataformas de bienestar emocional y promoción de la salud mental. Mafer es creadora del modelo Hospital de las Emociones, consultora en juventudes y salud mental, y Paola es autora, emprendedora y creadora de proyectos de bienestar emocional y espiritual.
La entrada Y a todo esto, ¿todavía da pena hablar de sexo en México? se publicó primero en Sopitas.com.
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