Un 11 de marzo pero de 2011, la música mexicana se vistió de luto. Rita Guerrero, una de las mujeres más importantes dentro del rock nacional murió a los 46 años a causa del cáncer de mama. Por supuesto que en aquel momento, nadie podía creer lo que estaba pasando, pues se fue una verdadera figura que influenció no solo a un montón de chicas que querían cantar y expresarse libremente frente a miles de personas.
Por supuesto que todos la recuerdan por su enorme trayectoria como la vocalista y frontwoman de Santa Sabina. Sin embargo, además de su paso por la música –con distintos proyectos o bandas en los que estuvo colaborando–, también incursionó en otros medios como el teatro, el cine y la televisión. Como dirían por ahí, Rita fue una artista en toda la extensión de la palabra
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A una década de su muerte, el mundo del rock nacional sigue extrañando de sobremanera a Rita Guerrero, pues desde que desapareció de este plano no ha aparecido en la escena una mujer que tenga la habilidad de transmitirnos sentimientos no solo con la voz, también con el cuerpo. Pero más allá de recordarla con tristeza, aquellos que estuvieron cerca de ella y que tuvieron la fortuna de verla en vivo, tienen en mente el extraordinario ser que fue.
Es por eso que en esta ocasión y para honrarla como se merece, queremos nombrar algunas razones por las que de este lado consideramos que se convirtió en ícono de la música de nuestro país. Este es un pequeño tributo para ella, para recordar todas las cosas enormes que hizo para que muchas chicas en la actualidad, tengan la oportunidad de expresarse a través del rock y el arte. Si a ustedes se les ocurren más razones, no duden en comentarlas.
En un inicio, cuando Rita Guerrero se mudó de su natal Guadalajara a la Ciudad de México, su plan era convertirse en actriz de teatro, aunque ya tenía conocimientos musicales gracias a su padre. Es por eso que al llegar a la capital chilanga entró al Centro Universitario de Teatro de la UNAM, pero en ese lugar conocería a Los Psicotrópicos, un grupo de jazz experimental donde estaban Jacobo Lieberman, Alfonso Figueroa, Pablo Valero y Patricio Iglesias, que más tarde se llamaría Santa Sabina.
A pesar de que dedicó gran parte de su vida a la música, jamás abandonó el teatro, pues participó en varias puestas en escena a lo largo de los años. Pero todas esas tablas las llevó a los escenarios en donde cantaba, pues además de tener una voz sumamente característica y bien estudiada, hacía movimientos y le daba énfasis a cada una de las palabras a través de su cuerpo. Eso sin contar que también incorporó elementos como veladoras, flores y vestuarios de época.
Santa Sabina fue el proyecto más recordado de Rita Guerrero. Con ellos pasó a la fama y grabó cinco álbumes de estudio que se convirtieron en clásicos. Sin embargo, además del rock combinado con jazz, un toque de darkwave y un poco de sonidos orientales que siempre los caracterizó, ella también estaba interesada en otra clase de géneros musicales que muchas veces se salían de todo a lo que nos tenía acostumbrados.
El ejemplo perfecto está en Ensamble Galileo, la agrupación que formó en 2003 y cuya finalidad era interpretar música barroca y virreinal. Junto a todos esos grandes músicos, Rita publicó dos materiales discográficos y se presentaron en diversos escenarios de nuestro país, aunque su pasión por estos ritmos poco convencionales fue más allá, ya que a partir de 2010 y hasta su muerte se convirtió en directora del Coro de la Universidad del Claustro de Sor Juana.
Cuando Rita Guerrero apareció en la escena rockera de México a finales de los 80, ya existían mujeres que tenían una forma muy peculiar de cantar que no se escuchaba en todos lados y que se alejaba de la música “tradicional”. Entre ellas podríamos mencionar a Cecilia Toussaint –con quien de hecho trabajó en una telenovela–, pero Rita tenía un estilo que la caracterizó y que por supuesto sobresalía del resto e incluso podías distinguirla a la distancia.
Hasta ese momento, no se había visto a una mujer que le pusiera tanta emotividad y feeling a las frases que cantaba –que como mencionábamos antes, complementaba perfectamente con ciertos movimientos teatrales–. Es por eso que con eso, logró conectar con un montón de personas y enamorarlos por completo con su voz. Y sí, más tarde aparecieron chicas que también hacían esto, pero nadie tiene esa mística y tono.
¿Se acuerdan que les contamos que Rita Guerrero conoció a Los Psicotrópicos en su paso por la UNAM? Bueno, pues para ser más exactos en contacto se dio mientras ambas partes estaba en la huelga estudiantil que se dio en la máxima casa de estudios en 1987. Pero la cantante siempre estuvo involucrada en distintos movimientos sociales, ya que en un punto de su vida se metió a un taller de teatro en la prepa y se fue de gira por varias comunidades para “llevar el arte al pueblo”.
Años más tarde, no solo tocó en conciertos a favor del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, junto a Santa Sabina se involucró con distintos colectivos musicales que apoyaban y repartían víveres a diferentes comunidades indígenas. Fue todo este trabajo a favor de muchas personas y su carrera dentro de la música que la hicieron querida no solo por sus compañeros de profesión, también por aquellos que no estaban directamente relacionados.
Rita Guerrero no solo tuvo que luchar desde abajo junto a sus compañeros de banda cuando ni siquiera las radios comerciales los pelaban y mucho menos la televisión. A lo largo de su vida, siempre le hizo honor a su apellido y eso se vio hasta el final de sus días, cuando comenzó a pelear contra el cáncer de mama que le detectaron en febrero de 2010. No solo le enseñó a la escena que tenían que ser fuertes ante la adversidad, también a quienes la conocieron o apreciaron su arte.
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