Si está en tus manos inaugurar una futura franquicia multimillonaria, basada en los bestsellers más queridos por el público infantil y juvenil, por supuesto que la ansiedad o la paranoia pueden presentarse en cualquier momento. Así ocurrió con el director Chris Columbus que, ya iniciado el rodaje de Harry Potter y la piedra filosofal (2001), temía que en cualquier momento Warner Bros. lo despidiera.

En una reciente entrevista con Collider, el cineasta de 62 años fue interrogado sobre su experiencia al dirigir la película inaugural del Mundo Mágico hace dos décadas. Como respuesta, Columbus dejó en claro lo angustioso que es trabajar con millones de ojos encima de él.

«La realidad es que la presión del mundo estaba sobre nosotros, y sobre mí en particular porque sabía que si arruinaba esto, todo terminaría», comentó el nominado al BAFTA. «No puedes arruinar este libro. Así que tenía que ir al set todos los días con una especie de visión de túnel en términos de no pensar en el mundo exterior. Y eso era mucho más fácil hace 19 años, antes de que estallara Internet».

Y agregó:

«La primera película me produjo mucha ansiedad. Durante las primeras dos semanas, todos los días pensé que me iban a despedir. Todo se veía bien, solo pensé que si hacía algo mal, si la cagaba, estaba despedido. Y eso fue intenso. No vertí nada de ese espectáculo [la ansiedad] en el set, no hubo frustración. No soy un gritón, me llevo bien con todos y quiero que todos se sientan como parte de la familia, así que tuve que esconder ese lado de mis emociones».

Afortunadamente, las primeras proyecciones de prueba de Harry Potter y la piedra filosofal le devolvieron toda tranquilidad ante la respuesta muy favorable de los jóvenes amantes de los libros originales, escritos por J.K. Rowling. ¡Y eso que el corte primigenio duraba cerca de tres horas!

«Para cuando terminamos la película y la proyectamos en Chicago […] a la audiencia le encantó. El público simplemente devoró la película», aseveró Columbus. «La película duraba dos horas y cincuenta minutos en ese momento y los niños pensaron que era demasiado corta y los padres pensaron que era demasiado larga».

Chris Columbus no sólo no fue despedido por Warner, sino que pudo ocupar nuevamente la silla de dirección para Harry Potter y la cámara secreta (2002).

«Me divertí mucho más […] Fue como el día y la noche, porque entonces realmente pude soltarme un poco y aportar un poco más de mi estilo particular a la película», añadió el director.

Las crónicas de Navidad: Parte dos, el más reciente largometraje de Columbus, ya está disponible a través de Netflix Latinoamérica. ¿Ya lo vieron?

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