Las mujeres desaparecen a manos del narcotráfico y la población desciende en un México en el que los niños huérfanos vagan en grupos, son encadenados o enjaulados. La voz que nos narra este futuro incierto, pero probable, contrasta con la dureza de lo descrito, pues en ella irradia la inocencia de Huck (Matilde Hernández), la niña protagonista de Cómprame un revólver, película nominada a ocho premios Ariel.
En este México árido y despojado, Huck vive en una casa rodante con su padre, un adicto que da mantenimiento a un campo de beisbol propiedad de un grupo delictivo. Con un casco y una máscara, la pequeña oculta su identidad y su género para evitar el destino que sufrieron su hermana, su madre y miles de mujeres. Escondidos entre la maleza, un grupo de huérfanos que buscan revancha y libertad se convierten en sus amigos de juegos: aliados ante el peligro y circunstancias.
En la cinta, presentada en la Quincena de Realizadores del festival de Cannes en 2018, el director Julio Hernández Cordón vuelve a plasmar sus preocupaciones ante la realidad, como lo hizo en Gasolina (2008) y Te prometo anarquía (2015). Pero Cómprame un revólver se convirtió en un trabajo más personal, ya que involucró sus temores como padre de dos niñas, quienes actúan en el filme.
“Los productores me dijeron que iba a ser muy difícil encontrar a la niña y negociar con sus padres, por el tema de la película. Les respondí que jamás le haría a la actriz algo que no les haría a mis hijas. Y cuando me dije eso, preferí que fueran ellas, porque me parecía lo más correcto como director”, dijo el cineasta en entrevista.
Julio habló con Matilde y Fabiana, sus hijas, y les pidió que vieran la película como una especie de carta, en la que plasmarían las cosas en las que no querían ver convertido al país.
“Tengo temor de lo que les ofrece México en el presente y en el futuro. Analizando eso, vi que en México se desaparece a las mujeres y no hay explicación y no se hace nada. En un par de décadas los mexicanos se pueden exterminar. Creo que puede sonar exagerado, pero mi trabajo como director es entrelazar la ficción con mi entorno y que eso genere dudas y sugiera diálogos para encontrar posibles soluciones”, explicó el director.
Con una mirada infantil atravesada por la madurez, ésa que germina gracias al instinto de supervivencia, Cómprame un revólver aborda la violencia y el narcotráfico, al tiempo que rinde homenaje a las aventuras que viven los héroes de Mark Twain y a la distopía presentada en Mad Max. La película incluye a niños que huyen, se ayudan y se empoderan.
Sin embargo, Cómprame un revólver es fundamentalmente, para su director, una película sobre el amor entre padres e hijos. “Para mí es una película sobre la paternidad, más que sobre el narco. Pero es sobre una paternidad que es imperfecta, que por más que el padre se las ingenia para que su hija sobreviva, se autosabotea. Sin embargo, tiene que ver con el entorno, pues vive con temor y en medio de una impunidad terrible”, enfatizó Hernández Cordón.
Cómprame un revolver cuenta con ocho nominaciones a la 62ª Edición del Premio Ariel: Mejor película, Dirección, Coactuación Masculina, Guion Original, Edición, Diseño de Arte, Maquillaje y Música Original. La ceremonia se llevará a cabo este domingo 27 de septiembre y será transmitida en vivo simultáneamente por el Facebook Live de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) y por Canal 22.
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Una versión de este artículo se publicó por primera en Cine PREMIERE #295 de abril 2019.
La entrada Ariel 2020: Cómprame un revólver o los huérfanos de la violencia se publicó primero en Cine PREMIERE.
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