Eduardo Cisneros es un escritor y productor mexicano que actualmente trabaja en Hollywood. Comenzó su carrera trabajando con Eugenio Derbez en sus programas de televisión, para después desarrollar el guion de No se aceptan devoluciones junto con Pepe Sierra. Eduardo escribió y produjo su más reciente película, Medios hermanos, una producción de Focus Features con Luis Gerardo Méndez y Connor Del Río. Hablamos con él sobre su carrera y el consejo que le daría a la nueva generación de cineastas.

¿Qué te llevó a escribir y producir Medios hermanos? ¿Qué te atrajo del proyecto?

Es un proyecto muy sui generis, con unas circunstancias que no se dan mucho en Hollywood, porque es una idea original. Es una idea original que se me ocurrió a mí hace 15 años. [Es difícil] salir hoy en día a vender una idea así a un estudio, que más bien están enfocados a superhéroes y franquicias, [así que] pues con mucha ingenuidad empecé a desarrollarlo. En ese momento trabajé con otro escritor que se llama Ali LeRoi, que es el socio creativo de Chris Rock; ellos hacen juntos Everybody Hates Chris. Eventualmente me asocié con Jason Shuman, que se volvió ahora mi co-escritor, somos un equipo. Y fue con Shuman que eventualmente la vendimos a Fox y ahí fue donde encontramos el apoyo, en Focus Features. Creyeron mucho en el proyecto y gracias a Dios estamos aquí hoy en día.

¿Cómo se dio la colaboración con Jason Shuman, considerando que él viene de un background de productor?

Fueron unas circunstancias muy curiosas. Después de haber trabajado en el equipo de Eugenio Derbez, donde Pepe Sierra y yo trabajamos muchos años en el guion de No se aceptan devoluciones, la película sale y es un éxito. Con el conocimiento de todo el trabajo que se hizo, y validado por Eugenio, logré firmar un contrato con Fox International para hacer dos películas. El jefe del estudio en ese momento me dice “oye, tienes que conocer a Jason Shuman”, que es un productor con mucho currículum, con una serie de créditos muy importantes, como Role Models.

En ese momento Jason estaba haciendo la transición de productor a escritor. Yo estaba tratando de hacer mi crossover de tele y cine de México a Estados Unidos. Y fue un buen match. Tuvimos una junta y empezamos a pelotear ideas. No de las ideas que traíamos, sino de una anécdota que me empezó a contar, se nos ocurrió una historia que luego fuimos a desarrollar en Fox, que es otro proyecto que eventualmente espero que podamos echar a andar. Es una cosa muy rara que como escritor encuentres alguien con quien hagas buen click, con quien tengas buena dinámica para escribir. Empezamos a trabajar más frecuentemente y hoy en día ya básicamente hacemos todos los proyectos juntos. Gracias a esa alianza hemos podido hacer guiones para otros estudios grandes, proyectos de televisión; uno de ellos espero ya contemos pronto, de televisión en inglés. Y la ventaja de que Jason tenga mucha experiencia como productor es que tenemos la opción de tomar las riendas como productores de nuestros propios guiones. Es una gran ventaja.

¿Cómo fue el salto de la televisión mexicana a Hollywood? ¿Qué aprendiste en esa transición?

Fue una larga jornada. De entrada, la realidad es que yo siempre quise hacer cine. Yo estudié en New York Film Academy e hice cortometrajes antes de empezar a trabajar en Televisa. Luego fue a través de mi trabajo con Eugenio que tuve la oportunidad de empezar a meterme al rollo del cine. Pero creo que fue la experiencia desarrollando el guion con Eugenio, con mi colega Pepe Sierra, trabajando en el desarrollo de esta historia. Al mismo tiempo, a Eugenio lo empezaban a buscar en Estados Unidos y yo veía el apetito que había de ese lado por talento de otros lugares.

Pero fue muy difícil, porque lo mío es la comedia, ese es mi background, y la comedia en cada país es un idioma diferente. La comedia incluso en Colombia y México no es lo mismo, aunque sea el mismo idioma. Fue un gran proceso en el que me tuve que meter no sólo a clases de guionismo, sino también de improvisación para entender la comedia [de Estados Unidos]. Fue un gran proceso de años, que yo pensé que iba a ser muy rápido, pero luego me topé con la realidad. Pero debo reconocer también que en el camino hay muchas cosas que no se ven. En el camino yo tuve el apoyo de productores que me ayudaron mucho. En el camino hubo varios intentos de hacer cine en español y hubo gente que creyó mucho en las ideas que yo tenía, pero finalmente fue acá en Hollywood que se manifestó más en concreto.

Tenemos muchos suscriptores aspirantes a cineastas, ¿se te ocurren algunos consejos para quienes quieren seguir tus pasos?

Escribir no sólo un guion. No poner todos los huevos en una canasta, sino hacer uno, cuatro, diez, doce guiones. También tener una idea clara de cuál es la visión y el lugar en el que quieres estar, y empezar a escribir al respecto. Estudiar mucho. A veces creo que cuando uno empieza, precisamente porque sientes que tienes una visión y una voz, crees que ya no tienes que seguir aprendiendo, pero me he dado cuenta que todos los profesionales de la industria, los mejores, siguen estudiando. Siguen estudiando teoría, diálogo; siguen tomando clases, leyendo libros. Nunca dejes de estudiar y nunca dejes de practicar. Estudiar significa también observar; observar a tus colegas y a tus ídolos, y aprender de ellos. Y en particular, como mexicano, tienes que estar preparado mentalmente para echarle diez veces más ganas que todos los demás. Eso es lo importante.

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