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Juan Rulfo: Su legado en la cinematografía mexicana

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Probablemente, hasta los menos aficionados a la lectura conocen el nombre de Juan Rulfo. Responsable de los clásicos atemporales Pedro Páramo y El Llano en llamas, aquel escritor nacido en Jalisco (el 16 de mayo de 1917) es considerado uno de los pioneros del «realismo mágico» y un gigante dentro del canon de las letras latinoamericanas, además de que marcó el fin de la novela revolucionaria gracias a su corta pero imponente obra literaria. Sin embargo, más allá del impreso, Rulfo también dejó su huella sobre la industria fílmica en México, entre los años 50 y 80, ya sea por haber brindado la jugosa base de memorables adaptaciones cinematográficas o por haberse desempeñado directamente como guionista.

A continuación podrán descubrir algunos títulos que evidencian el legado de Juan Rulfo en el séptimo arte, tan latente como las memorias albergadas en el pueblo imaginario de Comala.

Pedro Páramo (1967)

Del papel a la pantalla

La primera ocasión en que un texto de Juan Rulfo arribó al cine fue en 1956, con la adaptación fílmica de Talpa, un cuento publicado originalmente a principios de los años 50 en la revista América. La homónima película fue dirigida por Alfredo B. Crevenna y cuenta la historia de dos hermanos y la relación adúltera que uno de ellos sostiene con la esposa del otro, quien ha caído gravemente enfermo. Un cortometraje de Gastón T. Melo, también titulado Talpa, retomó aquel mismo argumento en los años 80.

Para 1964, el aclamado realizador Roberto Gavaldón llevó a la pantalla grande el texto de El gallo de oro, que curiosamente permanecería inédito durante los quince años que siguieron al estreno del homónimo largometraje. De acuerdo con el historiador Jorge Ayala Blanco (vía), Rulfo escribió la que posteriormente sería llamada una novela corta –originalmente catalogada como un «argumento cinematográfico»– por encargo del productor y guionista Manuel Barbachano Ponce.

El guion adaptado para El gallo de oro fue responsabilidad de Gavaldón, Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez. Con Ignacio López Tarso como su actor principal, la cinta versa sobre un hombre afortunado que, tras cuidar de un gallo maltratado y moribundo, convierte a éste en un luchador victorioso del palenque.

El gallo de oro (1964)

En 1967, el director Carlos Velo lanzó la adaptación cinematográfica de Pedro Páramo, la primera novela de Juan Rulfo, publicada en 1955, la cual narra la inolvidable historia de Juan Preciado, quien busca a su padre en el fantasmagórico pueblo de Comala. El argumento –que incluso en algún momento atrajo el interés del cineasta español Luis Buñuel– fue trasladado al guion por los ya mencionados Velo, Barbachano y Fuentes. Por otro lado, de acuerdo con una semblanza hecha por Videocine, Rulfo acompañó a Carlos Velo durante la búsqueda de locaciones en Colima y Jalisco para la película.

Cabe decir que el director José Bolaños realizó una segunda adaptación de Pedro Páramo en los años 60, posterior a levantar el cortometraje documental Que esperen los viejos (1976), inspirado también en una historia de Juan Rulfo. Cuatro años antes, el galardonado Alberto Isaac dirigió El rincón de las vírgenes (1972), un largometraje cómico –protagonizado por Emilio «El Indio» Fernández– que tomó de base dos cuentos del autor jalisciense: El día del derrumbe y Anacleto Morones.

Finalmente, no olvidemos que la novela El gallo de oro igualmente sustentó el celebrado filme El imperio de la fortuna, estrenado en 1986 y ganador de nueve premios Ariel, bajo la dirección de Arturo Ripstein y la pluma de Paz Garciadiego. Otros cuentos de Rulfo que han sido absorbidos por el séptimo arte son ¡Diles que no me maten!, ¿No oyes ladrar los perros? y El hombre.

El imperio de la fortuna (1986)

Incursión fílmica de Juan Rulfo

El mismo año en que Talpa de Alfredo B. Crevenna llegó a la pantalla grande, también lo hizo La escondida (1956) de Roberto Gavaldón, largometraje que introdujo a Juan Rulfo en la producción cinematográfica. Si bien la película no estuvo inspirada en ninguna narrativa concebida por el escritor, su guión –escrito por Gavaldón, Gunther Gerszo y José Revueltas, con base en la novela de Miguel N. Lira– recibió sugerencias y observaciones de Rulfo. Aunado a esto, el padre del «realismo mágico» fungió como asesor histórico y fotógrafo durante la filmación, lo cual le permitió retratar a las estrellas de la cinta: nada más ni nada menos que a María Félix y Pedro Armendáriz.

La escondida, estrenada ocho años antes de que Gavaldón lanzara su adaptación de El gallo de oro, cuenta la historia de amor entre una mujer acaudalada (Félix) y un soldado revolucionario (Armendáriz), ambientada en la guerra civil mexicana de principios del siglo XX.

La escondida (1956)

También como guionista, Juan Rulfo trabajó cercanamente al director Antonio Reynoso para construir el cortometraje experimental El despojo (1960), proyecto que devino «uno de los frutos de su interés por el cine», según el académico Jesús Gómez de Tejada (vía). A partir de una premisa impregnada de tragedia y muerte, se ha afirmado que Rulfo escribía de noche lo que se rodaba al día siguiente por la mañana.

«La idea del argumento y los diálogos [de El despojo] fueron creados por el autor de forma simultánea al desarrollo de la filmación en espacios naturales de Jalisco», añade Gómez de Tejada. «La cinta es considerada la más lograda transposición de la literatura del autor al celuloide».

A principios de los años 60, Juan Rulfo coescribió la película Paloma herida (1963) junto con el director Emilio Fernández, que narra la historia de una mujer indígena, llamada Paloma, quien busca vengarse de un malévolo cacique que anteriormente sumió a su pueblo natal en abusos, miedo y homicidios. Aunque el equipo y el reparto fueron mexicanos, la cinta se rodó enteramente en distintos puntos de Guatemala.

Finalmente, y de vuelta al cine experimental, Juan Rulfo también puso su sello en el mediometraje La fórmula secreta (1965) de Rubén Gámez. Una vez culminada la filmación, el director solicitó al jalisciense escribir un texto que –recitado por Jaime Sabines– se acoplara a las imágenes ensayísticas, surrealistas y provocadoras que habían sido registradas por la cámara. El resultado fue «una breve composición de tono lírico y profundo significado sobre el ser humano en general, y el mexicano en particular» (vía).

Paloma herida (1963)

De acuerdo con el libro Juan Rulfo y el cine, de la autora Gabriela Yanes Gómez (vía), son 37 películas que –hasta los años 90– están vinculadas al mítico escritor, fallecido el 7 de enero de 1986. ¿Cuántos de aquellos títulos han visto? ¿Cuál es su favorito?

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