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For All Mankind: ¿Y si la URSS hubiera llegado primero a la luna?

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Corre el año de 1969. Todos los ojos del mundo están puestos en la televisión, donde una transmisión en vivo captura el que será uno de los eventos más trascendentales de nuestra era: la llegada del primer hombre a la Luna. La imagen enviada desde el espacio exterior es la de un astronauta descendiendo la escalerilla de su nave hasta finalmente pisar la superficie lunar; sin embargo, al hacerlo no exclama la célebre frase «un pequeño paso para el hombre, un salto enorme para la humanidad». El cosmonauta comenta algo indescifrable para el público norteamericano… expresado en ruso. La subsecuente aparición (en pantalla) de una bandera con la hoz y el martillo sólo confirma lo evidente: el primer alunizaje exitoso corresponde a la Unión Soviética, no a Estados Unidos. La historia ha sido reescrita y es responsabilidad de la serie espacial For All Mankind ahondar en las consecuencias.

El «hubiera» sí existe

Pareciera que Ronald D. Moore, Matt Wolpert y Ben Nedivi, creadores de For All Mankind, siguieron el mismo camino de Quentin Tarantino al efectuar una drástica alteración de eventos históricos. No obstante, a diferencia de Bastardos sin gloria o Había una vez en Hollywood, aquella no es el fin, sino el punto de partida.

El hipotético triunfo de la Unión Soviética en la carrera a la Luna apenas y constituye el prólogo de esta serie dramática, lanzada en noviembre de 2019 por Apple TV Plus. El resto de la primera temporada está enfocado en explorar cómo, a partir de ese suceso, emerge una reacción en cadena compuesta de otros acontecimientos sorprendentes (políticos, sociales, tecnológicos o culturales) que lentamente modifican la narrativa del siglo XX tal y como la conocemos.

«Fue divertido especular y participar en un gran juego de ‘qué tal si’«, comenta Ronald D. Moore a Cine PREMIERE. «¿Qué tal si esto pasara?, ¿qué tal si la enmienda de igualdad de derechos fuera aprobada?, ¿qué tal si John Lennon siguiera vivo? Empiezas a plantearte todas estas fascinantes preguntas cuando juegas ese juego».

Y añade, como explicando las reglas de la dinámica:

«Luego tienes que seguir adelante y dar un paso más: ‘Bueno, si esto sucediera, ¿entonces esto otro todavía ocurriría o también cambiaría?’. Siempre hay un efecto dominó de las cosas que cambiaste. Debes pensar de qué manera eso cambiaría al resto del mundo, cómo alteraría la política de Estados Unidos, la política internacional o la cultura».

En Far All Mankind, mujeres astronautas se involucran en el programa espacial estadounidense mucho antes que en la vida real.

En materia de exploraciones espaciales, los viajes tripulados de la NASA hicieron su último alunizaje en diciembre de 1972, lo cual cerró el número en doce astronautas (todos varones) que han pisado nuestro satélite natural. ¿Habría sido lo mismo si, tres años antes, los rusos vencían a Neil Armstrong? For All Mankind responde que no. A partir de ese punto de inflexión, la reacción en cadena –expuesta desde la primera temporada de la serie– incluye un mayor interés gubernamental de la URSS y EE. UU. hacia sus respectivos programas espaciales, lo cual conduce al arribo de la primera mujer a la Luna y el establecimiento de la primera base lunar en 1973.

«Lo que siempre tuvimos en cuenta fue asegurarnos de que, a medida que cambiábamos las cosas, se sintieran como eventos que realmente podrían haber sido afectados por la carrera espacial«, nos comparte Matt Wolpert. «No se trataba solamente de modificar las cosas porque sí. Realmente se trataba de mostrar ese efecto mariposa al rastrear los cambios en la historia».

De lo factual a la ciencia ficción

Antes que nada, For All Mankind surge como una serie de época donde son representadas figuras históricas como Deke Slayton (miembro de los Mercury Seven), Werner von Braun (pionero de la tecnología aeroespacial) y la tripulación original del Apolo 11, quienes se desenvuelven de modo distinto a como ocurrió en la realidad. Del lado enteramente ficcional, destacan personajes como Edward Baldwin –interpretado por Joel Kinnaman–, uno de los astronautas responsables del hallazgo de agua en la Luna y, posteriormente, de resguardar la base lunar establecida por la NASA. Todo esto, aún dentro del álgido contexto de la Guerra Fría.

«Esta histórica línea de tiempo alternativa nos da la posibilidad de usar lo que queramos usar de la historia, pero al mismo tiempo podemos cambiar lo que queramos», dice Kinnaman a Cine PREMIERE. «Hay una enorme cantidad de libertad allí, libertad creativa, que los guionistas, por supuesto, aprovechan».

Joel Kinnaman (The Suicide Squad) es Edward Baldwin en For All Mankind.

Tras una primera temporada cuya ambientación llega hasta mediados de los años 70, los nuevos episodios de For All Mankind dan un salto temporal de casi una década. Corre ahora el año de 1983 y un acelerado desarrollo vuelve más factible la colonización lunar. Por otro lado, las tensiones políticas entre Estados Unidos y la Unión Soviética consiguen imponerse a los intereses meramente científicos de los programas espaciales, por lo cual la militarización de la Luna deviene una prioridad. Según nos dice Ben Nedivi, la audiencia se adentra «en un periodo mucho más oscuro de nuestra historia [donde hay] momentos que muestran lo peor de nosotros, de lo que somos capaces».

Respecto al ámbito tecnológico, esta sociedad de los años 80 ya cuenta con su propia versión de teléfonos móviles, autos eléctricos y laptops. Se están produciendo dispositivos sumamente avanzados que tardaron más tiempo en ver la luz fuera de la ficción, o que ni siquiera existen todavía. Por ejemplo, el cohete Sea Dragon que vemos despegar en el décimo episodio de la serie y que, en la realidad, nunca pasó de ser un proyecto en fase de estudio. De esta manera, For All Mankind –con su línea de tiempo alternativa y efecto dominó– paulatinamente supera las convenciones históricas para englobar más y más escenarios posibles de afinada verosimilitud.

«Es la emergente serie de ciencia ficción que se está construyendo lentamente, pero que está muy fundamentada«, declara Joel Kinnaman sobre este contenido original de Apple TV Plus. «[A partir de la segunda temporada] el público verá los comienzos de la visión más grandiosa de este show, que es bastante notable. Poco a poco conduce a una era de ciencia ficción, un espacio de ciencia ficción. Pero creo que haber realizado este viaje tan sustentado hará que se sienta muy plausible el llegar a esos lugares».

For All Mankind ya ha sido renovada para una tercera temporada y es deseo de sus creadores que le sigan más entregas. A fin de cuentas, ellos anhelan que la serie se expanda hasta un futuro potencial del siglo XXI, más allá de nuestro tiempo presente.

«Parte [de la idea] del show es que nos saltemos una década cada temporada«, nos comenta Matt Wolpert. «[Se trata de] ver el alcance de los cambios derivados del efecto mariposa de esa cosa que cambió en primer lugar, que fue el aterrizaje soviético en la Luna. Nuestra esperanza es realmente poder contar esta historia con el gran alcance de muchas décadas».

Compuesta de diez episodios, la segunda temporada de For All Mankind debuta este viernes 19 de febrero a través de Apple TV Plus; un nuevo capítulo estrenará cada semana. Además de Joel Kinnaman, su elenco lo complementan Shantel VanSanten (Karen Baldwin), Michael Dorman (Gordo Stevens), Sarah Jones (Tracy Stevens) y Wrenn Schmidt (Margo Madison), entre otros.

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