Una película que dialoga sobre entender el dolor resulta imprescindible en estos tiempos. Quizá por eso es que no habría mejor momento para que Carlos Cuarón presentara Amalgama, su más reciente filme, que en el marco del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) y como una de las películas mexicanas en competencia. Luego de siete años desde su último largometraje, el cineasta apostó por hacer una película que versa sobre los diversos tipos de dolor y con esto componer una reflexión coral en donde varios personajes se hablan a sí mismos (y a la audiencia) sobre el sufrimiento.
Amalgama (que se presentará en el FICM) cuenta la historia de un cuarteto de dentistas reunidos en una convención de su profesión en la Riviera Maya. Uno de ellos invita al resto a una pequeña isla paradisíaca cercana en donde podrán «enfiestar» con mayor intimidad en medio del paraíso. La convivencia entre los cuatro, y las historias del pasado que algunos de ellos comparten, detonará una especie de catarsis que sacará lo mejor y lo peor de cada uno.
Carlos Cuarón comentó en conferencia de prensa que la génesis de la historia nació precisamente de haber visitado dicho lugar paradisiaco.
“Manolo [Cardona, productor] me invitó junto con un amigo, y un amigo en común, a visitar las Islas del Rosario y yo me la estaba pasando tan bien que dije ‘yo tengo que hacer algo en estas islas’”, mencionó el director. “Y, por supuesto, las cosas nunca se dan como uno quiere y, entonces, regresando de ahí hablé con el coguionista, Luis Usabiaga, y le dije el concepto de lo que quería hacer: básicamente cuatro personajes encerrados en una isla”.
El proceso de casting fue una tarea ardua tanto para el director, como para los productores: Manolo Cardona y su hermano Juancho. Los elegidos fueron Miguel Rodarte (quien llegó temprano al proyecto), Tony Dalton, el propio Manolo y la actriz peruana Stephanie Cayo. La química entre los cuatro resulta evidente en pantalla, pero la clave de su convivencia fue el espacio para la improvisación permitida por el director en el set.
Cuarón apostó por filmar el paraíso con la naturalidad que permiten los planos muy largos, aunque eso significó una puesta en escena que debía ser cuidada al extremo. Sin embargo, el director sí abrió la puerta a la improvisación del elenco.
“Construimos los diálogos como creímos que iban a funcionar para la historia”, explicó Cuarón. “Son diálogos muy coloquiales por supuesto. Lo que sucede es que a mí me gusta trabajar con los actores y darles libertad. Digamos que, el marco teórico que tienen son las indicaciones que yo les doy, y dentro de eso ellos son libres de crear el personaje como ellos quieren […]. A mí me gusta trabajar con actores imaginativos y proactivos. Y estos cuatro lo son”.
La razón por la que esta «amalgama» de histriones aceptó participar en la película es la gran profundidad que poseía cada uno de sus respectivos papeles y el campo de juego que había para poder construir sobre de ellos. “Es una comedia que tiene una gran profundidad. Los personajes tienen una gran pluridimensionalidad y el juego que se va dando entre ellos también es de una gran complejidad”, aseguró Miguel Rodarte.
Desde el comienzo, el director tuvo la intención de abordar el tema del dolor desde ángulos diversos. De entre todas las profesiones que existen, el campo de la odontología parecía idóneo porque los dentistas siempre cargan con el estigma de lo tortuoso. No obstante, el guion de la película también les redime al presentarles como personas comunes y corrientes que, fuera del consultorio, son como cualquier persona con sueños, amoríos y pasados no resueltos.
“Tenemos una relación cotidiana con el dolor y nos acostumbramos a él”, explicó Cuarón. “El dolor está involucrado en casi todas las actividades humanas y me gustó la idea de explorarlo en una comedia dramática. Es una comedia sobre el dolor”.
Al también realizador de Rudo y Cursi (2008) y Besos de azúcar (2013) le gusta reinventarse con cada proyecto y no repetirse. Según lo que relató en la conferencia de prensa del FICM, en Amalgama el director escogió enfocarse en la crisis de la mediana edad y retratar personajes que él mismo describió como “eternos adolescentes”. Para él, según explicó, todas las personas tienen una edad biológica y una edad emocional.
Manolo Cardona opina que Amalgama es una película que habla sobre encontrarnos con nosotros mismos y confrontar las verdades personales. Se trata de un mensaje oportuno en tiempos de pandemia, pues debemos ser honestos con nosotros mismos y los otros. “Cada uno de los personajes tiene un arco dramático muy interesante en al cual entramos de una forma y salimos convertidos en otra. Creo que ése es un mensaje que va a calar mucho en las personas”, concluyó el productor.
La película una comedia ligera que aprovecha su narrativa para explorar la dimensionalidad de cada personaje. Amalgama será proyectada por primera vez el sábado 31 de octubre en el marco del FICM 2020, como parte de los largometrajes mexicanos en competencia y podrás verla en Cinépolis Klic, a partir de las 17:20 hrs. Recuerda que el cupo de visionados es limitado.
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